Reflexión sobre el articulo ``La estafa del enseñar a enseñar´´
La estafa del enseñar a enseñar es un artículo publicado el día ocho de diciembre del año 2008 en el periódico El País, por el catedrático de derecho en la Universidad Complutense de Madrid Andrés de la Oliva. Se trata de una crítica que va dirigida al Nuevo Master de Formación del Profesorado, alegando que para educar solo es necesario saber de la materia correspondiente y que los conocimientos pedagógicos son innecesarios. De esta manera, valora a este nuevo master como una estafa o impostura, que no es más que un CAP (Certificado de Aptitud Pedagógica) más largo y más caro.
La tesis principal de esta implantación es que un profesor no solo debe
conocer su materia, sino que debe también aprender a enseñarla, cosa que en mi
opinión es totalmente cierta. Se conocen muchos casos de Matemáticos o Biólogos
que al terminar sus carreras inician su andadura profesional como profesores de
secundaria. En estos casos, es imprescindible que cuenten con un bagaje
pedagógico. Este conocimiento ``didáctico´´ les va a servir para saber cómo hay
que ayudar a los estudiantes a comprender el contenido. Incluye las formas de
representar y formular el contenido para hacerlo comprensible a los demás, así
como un conocimiento sobre lo que hace fácil o difícil aprender. Además, nos permite organizar los contenidos,
los problemas que emergen, y la adaptación a los estudiantes con diversidad de
intereses y habilidades. De hecho, en las aulas de hoy en día se puede apreciar
alumnos con características muy diversas, como son por ejemplo los alumnos de
necesidades especiales, y por ello los profesores tienen que estar preparados
para afrontar estas situaciones de la mejor manera posible.
Es cierto, que nadie puede enseñar lo que no sabe, ni hacerlo bien sin
tener un buen dominio de los contenidos y, sobre todo, sin amor por el saber. Por
ello, una característica fundamental del profesor es el conocimiento de la
materia, es decir, un profesor empapado en su especialidad para que pueda
contagiar y transmitir al alumno el interés y el conocimiento de forma
adecuada. Pero, en la sociedad del conocimiento, el papel del docente tiene que
ir mucho más allá, sabiendo cómo enseñarlo, como hacer que ellos lo aprendan y
lo estudien; y para ello nos resulta insuficiente el dominio de la materia. No
podemos caer en el error de considerar al alumno como si de una maquina se
tratara, transmitiéndole únicamente los contenidos, no hay que perder de vista
que detrás de cada alumno hay una persona con capacidades, dificultades e
intereses. De hecho, es muy frecuente, sobre todo en los niveles superiores de
educación, tener el honor de acudir a clases con profesores muy prestigiosos
que saben mucho sobre la materia que imparten, pero que luego a la hora de
transmitir los conocimientos no cuentan con las estrategias suficientes para
llevar a cabo una buena sesión. Por lo que a los alumnos se les hace difícil
comprender lo que el profesor quiere transmitir.
Por lo tanto, creo que es necesario que la formación del profesorado cuente
con estas dos vertientes (dominio del conocimiento y de la didáctica) para que
sea posible una educación de calidad, asignándoles un mismo porcentaje de
importancia en la educación secundaria y superior; y dándole todavía una mayor
importancia al ámbito pedagógico en la educación infantil y educación primaria,
puesto que creo que en estas etapas este conocimiento cobra todavía más
relevancia. Para terminar, me gustaría citar una frase del filósofo danés Soren
Kierkegaard ``el
maestro enseña más con lo que es que con lo que dice´´, y una frase del físico
León Lederman `` La nueva forma de enseñar ciencia
consiste también en enseñar a los maestros cómo enseñar ciencia´´. Las dos
frases reflejan muy bien lo que he venido diciendo hasta ahora.